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Un discurso bien contado, bien narrado durante una entrevista de trabajo te puede ayudar a pasar a la siguiente etapa en un proceso de reclutamiento, pero un discurso mal contado o mal adaptado te puede jugar el puesto.
Hemos notado que muchos candidatos están cometiendo el mismo error -una y otra vez- en sus entrevistas de trabajo, y por eso, quisimos hacer un alto en el camino para decirte: pilas! pues puede que esta sea la razón por la cual te estás quedando en la primera entrevista y no estás pasando las otras.
Ninguna de las entrevistas que tú tengas como candidato es igual. La primera no es igual a la segunda, ni la segunda es igual a la tercera. Pensar que lo mismo que dijiste en la primera entrevista te va a funcionar en la segunda y para la que viene es desconocer completamente el proceso de entrevistas.
Un proceso de reclutamiento es un proceso lineal donde debes ir pasando filtros hasta llegar a tu objetivo que es ser contratado. Durante ese proceso puedes pensar que cada uno de los entrevistadores solo quieren conocerte y saber quién eres, y si! tienes razón… PERO a todos NO les interesa saber de ti las mismas cosas.
Al inicio de un proceso de reclutamiento muy seguramente te encontrarás con el responsable de Recursos Humanos. Ese profesional que te entrevista de primero es casi siempre alguien que estudió y se preparó para seleccionar candidatos y escoger unos cuantos que considera tiene las competencias que la vacante y la empresa necesita. Si tú tienes preparado muy bien tus respuestas, si estudiaste la vacante y empresa, y si te sabes vender, muy posiblemente pasarás ese primer filtro que es el entrevistador de Recursos Humanos.
Hasta aquí, nada nuevo. Creo que esto ya lo sabías.
PERO cuando pasas a la siguiente entrevista te vas a encontrar con alguien que puede ser por ejemplo tu jefe; y resulta que a tu jefe NO le interesan las mismas cosas que al responsable de RRHH, no. A tu jefe le interesan otras cosas mucho más precisas y en detalle como lo que tú puedes hacer por la unidad, si te vas a integrar bien al equipo de trabajo y si se van a llevar bien. Tu jefe NO estudió para hacer entrevistas, tu jefe no estudió para hacer test de personalidad, ni tampoco para hacer test o evaluaciones de competencias, no. Él tiene otra profesión y por eso es jefe y especialista en su área, pero no para contratar.
¿Entonces cómo hace tu futuro jefe para jugar el rol de “entrevistador”?
Pues bien, él debe recurrir a su sexto sentido, a su intuición, a su propio criterio para saber que tú eres la persona que él busca. Algunos jefes se preparan para ser “entrevistadores”, incluso la misma empresa los prepara, pero la mayoría lo hace como si se tratase de evaluar una suscripción de Netflix: lógica, observación, comparación y criterio propio.
¡Es así! Igual te tocará a ti cuando seas jefe y te toque contratar a alguien para tu equipo.
Entonces, si tu futuro jefe no va querer saber lo mismo que el de Recursos Humanos, ¿por qué le cuentas la misma historia o utilizas el mismo discurso?
¡A cada uno le interesan cosas diferentes de ti como profesional y como persona!
Luego no cometas el error que hacen muchos y es que “copian y pegan” el mismo discurso creyendo que como tuvieron éxito en la primera entrevista, les va a funcionar para la segunda, la tercera y así sucesivamente.